No pocas veces, tras terminar un libro espléndido, uno quisiera que el siguiente guardara ciertas afinidades con lo que leímos anteriormente. Los libros, como los grupos de música, tienen la costumbre de no venir solos: atraen a sus semejantes o al menos inciden en que el lector busque lecturas afines. Sin embargo, esto no siempre es posible. (más…)